sábado, 11 de agosto de 2012

[Dusunme G 14]

Debo haberte conocido hace mucho tiempo, en esa región de mi vida donde no penetran los recuerdos, en la niñez temprana o, quién sabe si antes del nacimiento, porque cuando te vi por vez primera ya me eras familiar. Familiar me resultó también el primer dulce dolor de tu presencia y tan bello que lo viví como si lo estuviera recordando.

Sin embargo, tardé muchos años en comprender que eras la misma y uno solo el dolor cuando, después de morirte tú por tu cuenta o después de haberte yo matado, renacías en formas muy diversas.

Mucho tardé también en reconocer el mismo tierno empeño, por parte mía, ante tus diversas apariciones, la insistencia en buscar y lograr el enlace definitivo, el temor a la deslealtad en ti y en mí, la impaciente anticipación del clímax pasional, el placer agradecido. El ardor de mi interés en ti no cesa porque busca tu arcano, tu último secreto. Déjame mitigar mi fuego en el oculto frío de tus fantasmas, para que no me queme mientras logro encontrarte de verdad, enigmática diosa anterior al recuerdo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario